Retomamos el asunto, directamente. Nos quedamos en el sábado por la mañana: duro amanecer. Decidí no hacer nada de nada y prepararme para la noche venidera, comiendo, relajado, y paseando por esta nueva ciudad acogedora de nuevos aires… Recojo a mis amigos y nos perdemos un poco por el centro. Muchísimo calor y sol, agradable brisa. Venga cañas, venga tapas. Sin poder aguantar ni un segundo más la dura vida que llevo, me dirijo a… otro restaurante, el de la comida definitiva, tras 4 horas de aperitivos. Justo acabamos de comer, comienza un diluvio universal de los que piensas que no se va a salvar ni Noé. En efecto, me voy al recinto a pie (me encanta mojarme), y descubro desolación. Todo desierto, la gente refugiada en el auditorio, con caras de “Y este tío?!” y “se acabó el SOS :( ”… En absoluto. De repente deja de llover, sale un sol abrasador, todo comienza a evaporarse, nuestra piel inclusive, y rápidamente el recinto se vuelve a llenar de gente. Ninguna cancelación, ningún problema, todo perfecto. Bueno, al grano. Me perdí por ahí hasta bien entrada la tarde…
We Are Standard nos ofrecieron un poco más de lo mismo de siempre, que no es que sea malo, en absoluto, todo lo contrario. Algún tema acústico, y sobretodo, bastante ruido, sus ritmos y el comienzo del buen ambiente festivalero. De aquí, visitilla a Madness (era obligatoria). Tampoco hay mucho que contar de ellos, pues ya son algo legendarios. Un fiel directo y canciones que todos conocemos, a pesar de que el grupo en sí tampoco sea demasiado conocido…
Tras esto, mis amigos me obligaron rotundamente a ver lo que quedaba el concierto de Love of Lesbian, pero como los detesto y me aburren sobremanera, no tengo mucho que comentar acerca. De ahí, me presentaron a Orbital, grupo desconocido para mí, que me sorprendió bastante. El concierto muy divertido y entretenido, a pesar de no poder hablar acerca del repertorio por mi ignorancia, pero fue una grata sorpresa descubrirlos allí y como gran preámbulo de lo que quedaba por venir: Chris Cunningham. Tuve, de un modo muy afortunado y repentino, el placer de conocer a un individuo realmente experto en la biblio y videografía de C.C., con lo que os podéis imaginar lo bien acompañado que estuve durante el concierto. Al margen de la compañía de tal melómano el “concierto” me dejó flipadísimo. Tuve una precisa explicación de cada cosa que sucedía en las reproducciones, cualquier simbolismo y detalle, con lo que realmente disfruté tal espectáculo. Fue bastante intenso desde el principio, con una atmósfera bastante tétrica realmente conseguida, hasta el final, sabiendo mantener la tensión por medio de las imágenes y la música con la que estaban acompañadas. Llegó a revolverme por dentro, de ese tipo de nerviosismo que no puedes controlar porque no viene de dentro, si no de fuera… En fin, un 10 a Cunningham.
Para acabar, como no podía ser de otro modo, Fatboy Slim nos hizo perder la cabeza casi literalmente (temía que en cualquier momento la mía saliera despedida…) hasta el cierre del festival. Más de lo que todos conocemos, pero con buenas mezclas, y lo que por aquí llamamos “buena tralla”…
Para acabar, hablando en términos bastante generales, quiero comentar que el festival, como propuesta lúdica, es bastante plausible, sobretodo por el hincapié que ha hecho la organización, que considero TAN importante, en temas de ecología y sostenibilidad. Por dar un simplísimo ejemplo, recogiendo 20 vasos de plástico del suelo, te regalaban una camiseta. Propuestas sencillas que tienen éxito y que hacen que poco a poco todos nos vayamos concienciando un poquito. Bravo al festival por la organización de las conferencias, exposiciones, la gestión del programa completo y la previsión de imprevistos. Mi queja personal: si pides un ibuprofeno en la asistencia médica, no pueden darte una aspirina…¬¬
Os animo a ir a los que podáis a próximas ediciones, ya que intuyo que se va a ir convirtiendo en algo más grande (y sí, lleno de guiris).
Gracias al blog por invitarme a croniquear, y hasta más ver ;)
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